Online čitáreň – Pita Amor
Guadalupe Teresa Amor Schmidtlein
Yo soy mi casa
I
Casa redonda tenía
de redonda soledad:
el aire que la invadía
era redonda armonía
de irrespirable ansiedad.
Las mañanas eran noches,
las noches desvanecidas,
las penas muy bien logradas,
las dichas muy mal vividas.
Y de ese ambiente redondo,
redondo por negativo,
mi corazón salió herido
y mi conciencia turbada.
Un recuerdo mantenido:
redonda, redonda nada.
II
Escaleras sin peldaños
mis penas son para mí,
cadenas de desengaños,
tributos que al mundo dí.
Tienen diferente forma
y diferente matiz,
pero unidas por los años,
mis penas, o mis engaños,
como sucesión de daños,
son escaleras en mí.
III
De mi esférica idea de las cosas,
parten mis inquietudes
y mis males,
pues geométricamente,
pienso iguales
lo grande y lo pequeño,
porque siendo,
son de igual importancia;
que existiendo,
sus tamaños no tienen proporciones,
pues no se miden por sus dimensiones
y sólo cuentan, porque son totales,
aunque esféricamente desiguales.
IV
Me estoy volcando hacia fuera
y ahogándome estoy por dentro.
El mundo es sólo una esfera,
y es al mundo al que pidiera
totalidad, que no encuentro.
Totalidad que debierayo,
en mí misma, realizar,
a fuerza de eliminar
tanta pasión lastimera;
de modo que se extinguiera
mi creciente vanidad
y de este modo pudieradar
a mi alma saciedad.
V
De mi barroco cerebro,
el alma destila intacta;
en cambio mi cuerpo pacta
venganzas contra los dos.
Todo mi sér en pos
de un final que no realiza;
mas ya mi alma se desliza
y a los dos ya los libera,
presintiéndoles riberade total penetración.
VI
Yo soy cóncava y convexa;
dos medios mundos a un tiempo:
el turbio que muestro afuera,
y el mío que llevo dentro.
Son mis dos curvas-mitadestan
auténticas en mí,
que a honduras y liviandades
toda mi esencia les dí.
Y en forma tal convivícon
negro y blanco extremosos,
que a un mismo tiempo aprendí
infierno y cielo tortuosos.
1946
Vi en el espejo
Vi en el espejo un personaje raro
un pájaro de sombras taciturno,
del polaco Chopin, oí un nocturno
y vendí mi reloj a un viejo avaro
Tu traje oscuro, que costó tan caro
las refulgentes luces de Saturno
el comandante que cambió de turno
y la niña que juega con el aro
Un telegrama que me ha enviado Emilio
y yo pidiéndole al demonio auxilio
las tabernas de vinos asesinos
los burdeles de vicios clandestinos
los imanes, las grises cerraduras…
También las misteriosas cerraduras.
Najnovšie články